viernes, 27 de abril de 2012

La verdad, ese gran desconocido

Sé libre. Di lo que piensas, explica lo que crees pensar, con pelos y señales, con ganas, fuerza y decisión.
Eso dicen que hagamos, nos lo dice nuestra cabeza, algunas madres y personas valientes que estan dispuestas a recibir un tortón a consecuencia de sus palabras.
Gente sabia asegura que se puede decir cualquier cosa por mala que sea, el secreto es cuidar las formas... Yo no lo se, por lo visto tengo muy malas formas que aunque piense que son las mejores que podrian existir, siguen siendo malas.
Pero vamos a ver, se supone que la gente (en general, me refiero a lo que pasa normalmente) quiere sinceridad, realidad, solo existen unos pocos valientes que dicen que en realidad lo que quieren es estar bien y "ojos que no ven, mierda que pisas o corazon que no siente".
Voy a ser seria, realmente quieres que por ejemplo tu pareja sea sincera de verdad? Imaginemos que de repente reluce la sinceridad y te dice "amor, en realidad te llamo amor por que se lo llamaba a mi antigua pareja y me recuerda a los momentos tan bonitos que pase con el/ella, creo que lo unico que me ofreces es estabilidad y aunque te quiero, pienso que nunca tendre emociones fuertes a tu lado y eres mas soso/a que una piedra, en realidad provoco el "choque" de miradas con lq gente para encontrar a la emocion que busco. No te preocupes porque nunca te dejare aunque no te puedo jurr fidelidad. Y por cierto, no estaria de mas que cuidases un poco mas tu imagen, AMOR"
Vale, lo he llevado al extremo todo, pero es solo para reaccionar y pensar, la verdad nos hara libres si sabemos llevarla, si no se nos acumulan las mentirijillas piadositas que se nos escapan casi inconscientemente. Yo, no puedo ser sincera, me quedaria sola, pero no puedo ser sincera porque como he dicho aun no me controlo, sigo siendo una bestia adolescente que dice las cosas tal cual se piensan, voy practicando mis maneras, poco a poco todo sale a la luz y la mierda, mierda es aunque la maquillemos y disfracemos.
Por ultimo, me considero una persona sincera, pero lo podria ser aun mas, considero que a veces hay personas que no pueden con la verdad, es demasiado para ellos, entonces solo hay quebesperar que esas personas esten realmente preparadas para escuchar lo que realmente importa que es: LA VERDAD

lunes, 16 de abril de 2012

medio mes más tarde

Estamos en el post!!! Asi es, ya ha pasado lo más complicado.


Los dolores se van disipando, recién ahora. La primer semana, la de cautiverio, fue negativa en un par de sentidos, notaba que la gamba no respondía y había que compenetrarnos con la “cuidadora”.
Con respecto a lo primero, luego de un par de consultas a un par de profesionales, se relajó, si bien hay mañanas que me levanto con dolor, con el correr del tiempo, calentamiento del músculo y algo de ejercicio, se me va olvidando.
Con respecto a lo segundo, creo que de la misma manera que la operación, nunca pensé que pasaría, que pase y ya esta. Y a excepción de una tarde mala, el resto de los días has sido espectaculares.
He tenido un menú híper variado, en casi todas las ocasiones, digno de fotografía. Colores, mezclas, sabores, variedad, frescura. Le dije a la colegüi que tendría que haber volcado sus recetas en este espacio. Para recordarlo, para repetirlo, para tentar a los gulas como yo.
Del disfraz de cocinera saltaba al de enfermera, con las curas de la cicatriz, con la toma de medicamentos, con su impagable compromiso porque mis pies no pasen frío o su inigualable compañía (y también espacios).

Retomemos por parte.
En la primer semana tuve que acomodar mucho la cabeza para pensar continuamente en el confort de las posturas. Almohadones para las sillas, encontrar la correcta, ponerme un suplemento bajo los pies para tener las rodillas un flexionadas un poco más altas. Re-asignar el sitio de la cama. Prevenir los golpes, las caricias, los toques. Repetir el trato con la silla para con el sofá sin tener la posibilidad de cambiar como de sillas. Que ganas tengo de hacer un fogón con él. Pobre, me salvó en su momento pero es tan poco ergonómico ahora.
Continuar con el horario “hospital” y ponerle muchas ganas a esta caja de zapatos que fue mi calabozo.
Tuve visitas, llamados, apoyo, regalos, mates, futbol, películas, lecturas, series, mucha Internet y un juego que se convirtió en adictivo “Apalabrados” (es una aplicación para smartphones, que simula al famoso Scrable entre un amigo u oponente aleatorio y tu).
De a poco he podido ir haciendo más cosas, comencé a lavar uno o dos platos, recoger algo de la mesa, calzarme, ponerme los calcetines, todas cosas que parecen sencillas pero cuando uno tiene un pseudo-corsé se vuelven complicadas.
El jueves 12 era el día que se decidía mi libertad, que me quitaban los puntos y que me iba a poder sacar la mayor parte mis dudas.
Llegamos puntuales, no tuvimos que esperar mucho, el neurocirujano que me había intervenido ya había vuelto al trabajo y estaba ahí para poder lanzarle todos mis dubitativos dardos. (Un estornudo me acaba de sorprender y recordar que es de las cosas que más me duelen aun)
A traición, la enfermera iba quitando de 4 en 4 las grapas hasta repetir la operación unas 5 veces. Me subieron los colores, me cayeron las gotas de transpiración.
Mientras, el doctor me iba diciendo: no podes tomar sol en la zona, nada de moto, sin natación, el mar en verano, futbol dentro de medio año y así.
Gracias muy buenas y hasta la próxima, dentro de 2 meses.

Primera caminata, la calle honrada con este galardón fue Río de Janeiro. Hicimos una linda y rara travesía, tranquila, un solo escalón me recordó que hay algo por ahí en la espalda que falta. Fuimos al centro comercial Heron City y de ahí al Corte Inglés. Hamburguesas vegetarianas y para casa.
Era jueves, ósea que cobarde. Mati pasaría por mí para tomar unos mates y “ver que hacemos con todo esto”, una forma sutil de intentar mejorar nuestros mundos.
Fuimos a la Maquinista, una muy buena vuelta y terminamos adornando nuestros estómagos con unos chipirones, bravas, aliñadas y, como no sabíamos que pedir de menos de 5 euros, cayeron unas morcillitas, Versalles nuestro alimentador.
Pa’ casa a ver una peli aburrida “de otra manera” o al menos intentarlo.
El viernes fui al Gym! Jajaja! Lisandro haría un chiste con esta frase! Cancelé mi suscripción por un par de meses, planeamos ir al Diagonal Mar (otro centro comercial), pero el día estaba empeorando y se hacía más tarde. Caminamos por el interior de Sagrera, ahora “La Sagrera” (Gran idea por parte de la alcaldía, en estos tiempos de crisis han tenido que cambiar los letreros, los indicadores de todos los metros y todos los planos de buses de toda la ciudad. Aplausos!), subimos, recortamos, doblamos y fuimos a parar al puente de Drac. Otra vez en casa.
Por la tarde, luego de que Clari fuera a la Uni, pasamos por el Carrefour. Compramos palomitas de colores para la peli de la sesión golfa.
Luego del desayuno, orden de casa y demás, ejercitamos las piernitas yendo hasta Fabra i Puig, subimos hasta el Springfield, cortamos por Arnau d’Oms, y volvimos para el aperitivo. Por la tarde llovió, ósea que a mirarlo desde la ventana. Ahora recuerdo que el viernes tuve la visita del lampista para “arreglar” la cisterna, solo quedo en infinitivo.
El Barça jugaba a las 22, ósea que a meterle pilas a inglés y a correr por los Dorüms! Y otra peli.
Domingo soleado, invitaba a recorrer la vereda del río. Estuvimos un buen rato, leímos disfrutamos del sol y levantamos campamento justo antes de otra tormenta de estas intermitentes. Comimos, he hicimos lo más español de España: la siesta.
A la hora del té vino Tony, charlamos, truqueamos y mateamos a discreción.

Hoy tocaba pasar por el Cap a buscar el parte de baja, paseamos por el barrio, un barrio que quería re-descubrir en horas laborales. La verdad que hoy me lleve una amarga sorpresa (bah, 2), el mercado esta en decadencia, las tiendas vacías, la gente no esta ni en los bares, no sé, al final esta palabra caló hondo, CRISIS.

martes, 10 de abril de 2012

Op Op (Final)


Día de las Malvinas

El dos de abril de hace treinta años, al parecer, estaba en la misma ciudad que hoy. Cuantos años no? Que de vueltas da la vida.
Sonámbulos, pero con una rica charla entre ingesta de desayuno y risas, fuimos recordando los pormenores de la noche anterior. Carlos esperaría a que me visitara el médico. Quizás me daba el alta. Me duché, de parado. Volví a la cama queriendo dormir por cansancio pero con ganas de seguir hablando con el tío. Apareció el colegiado, descubrió la herida, un cambio en las imágenes, no tengo puntos sino grapas.
La inventiva del diseñador gráfico la comparó con una cremallera. No quiero verla.
Rutinarios movimientos en las extremidades inferiores y el veredicto: hasta el miércoles te quedas aquí.
Por mi mejor, estaba cómodo, cuidado, descansado y  a dos pasos de la solución a cualquier dolor que pudiera presentarse.
Terminada la exploración Carlos rogaría que al llegar al coche no lo sorprenda una mañanera multa, para así seguir su camino hacia Santa Coloma del Fernet con saldo positivo.
Hora de comer, Clara vendría agitada, con el router inalámbrico en mano, esta noche no hay futbol, hay pasión. Tanto el Barça como el Madrid son la opera, futbol podría ser el que la noche anterior nos brindó la tele pública, Pericos intentando hundir aun más al submarino amarillo, pero pasión indescriptible es ver Central en la “B”!!!
Kilómetros nos separan pero nunca dejo de estar él para mi y yo para él. Me da igual los jugadores, los directivos, los robos, las mutilaciones que sufrimos, ese latir, esa gente, esos colores son algo más, estar vivo es ponerse la camiseta y dejar que el corazón se revuelque en la gloría de un gol o se desmelene intentando corear las canciones, imitando estar ahí si no se esta. Revolear algo si vas perdiendo, gritar más fuerte que es el amor más real que existe, que a mí nunca me cagó, que me desconecta la cabeza, que sufrirlo me hace feliz. Piensen lo que quieran, es lo que hay y no voy a discutir.
Pasamos la tarde y por la tarde pasaron Vale y Rafa. Con casco en mano, mates y la auriazul en la mochila aterrizaría Mati, el guardián de esa noche.
Como caía la noche nos íbamos despidiendo de todos hasta quedar los 3 unidos en un cuadrado de dos por dos.
Mi compañero me comentaba con alegría su primera experiencia con moto propia por Barcelona, los pequeños detalles que a ojos experimentados parecen aún más pequeños. Salir del concesionario y no saber donde esta la próxima gasolinera, por donde se mete la manguera, como cambiar la dirección de una avenida o los riesgos de la ronda en un lunes laboral a la hora en que todos salen despavoridos de sus trabajos a sus casas.
Hablamos de sus últimos días, de lo difícil del amor, de los proyectos y de otras hierbas.
Las veintidós hora local, golpearon a la puerta, los dedos se enredaban por conectar y no perder un minuto de lo que pasaba al otro lado del charco con el nuestro.
Nos habíamos olvidado de un detalle importantísimo. Esa tarde no pude detectar que un llamado que venia de Rosario era de mi viejo, lo atendí. Listo. Perdimos.
Cabalas, no sabíamos que existía esta coincidencia hasta que el viejo me la batió días atrás. Desde que habíamos hablado y perdido con Instituto la última vez, nunca más lo habíamos vuelto a repetir. Hasta hoy.
Somos un equipo, no nos podemos desconcentrar así!!! Perdón Canayas, fuimos nosotros.
Igual como plateista tengo que decir que no jugamos a nada. Como hincha de la popular tengo que agregar que si a Central le dejaban entrar 15 mil personas otra cosa hubiese pasado.
Nos acomodamos para sacarnos el gusto de la derrota con una película.


Estamos juntos

Así se llamaba la peli argento-brasileña que vimos. Un poco rollo. Actuaba el hijo del gordo Caseros, haciendo de langa cogedor. La protagonista tenía un quilombo bárbaro en la cabeza, pero dejémoslo ahí, la compañía del martes se prolongó hasta la tarde. Hablamos mucho y variado. Bajamos a comprar el periódico (La Vanguardia), a tomar café, a comer, a ver la lluvia, a lo que sea, había que agarrar envión. Intentamos ver al mediodía “Around the bend”, se nos sigue negando. Hicimos otra vez enroque, Clarita venia a pasar la que sería la última noche. Los vecinos, con los que habíamos entrado en confianza, nos dejaron unos buenos trozos de una coca casera, espectacular!
No teníamos pajarita pero por la noche nos dejaban entrar en el gallinero para ver Barça-Milán. Placentero. Lo malo es que tuvimos un poco de nervios de pareja y se nos aguo un poco el momento. Por la noche intentamos ver una peli yanqui infumable que voy a poner el nombre solo para que no caigan en la desgracia de verla. Stuck Between stations.

A todo esto

Hubo una continua comunicación vía mail, Skype y principalmente, telefónica con las señoritas del hogar rosarino que me acunó tantos años. Me puse varias veces en sus pieles, debe ser muy feo estar tan lejos de alguien que queres y que la esta pasando mal.
Miércoles de resurrección. También de recogimiento, tuvimos que hacer las maletas. Paso el médico, ni me miró. Estaba en la ducha. Me dijo que a las 12hs me alcanzarían los papeles y un par de indicaciones muy básicas.
Nos sentamos junto a David en el pasillo de la planta a ver la función del circo que afuera armaban los enfermeros, médicos, visitas, enfermos y celadores entre otros. Nos enteramos bien de lo que le había pasado al vecinito, una pelea con su ex, vuelta en coche, el copiloto se durmió y el copió el gesto. Termino expulsado del coche a 20 metros, no tenía cinturón puesto, raro. El amigo ileso, orto. Tiene que jugar la lotería ya.
Llegó la hora señalada y más puntual que un AVE me trajeron el sobre con el alta y las indicaciones a seguir. Caja de bombones en mano, pasamos por enfermería, adiós muy buenas, muchas gracias por todo. El taxi se mojaba mientras mis ojos volvían a hacerse con el movimiento de la ciudad. Lento y gris fue mi volver, pero volví.

domingo, 8 de abril de 2012

Op. Op (3 parte)



Toma de contacto con otra realidad.

La vejiga llena y uno sin poder levantarse! Tendría que comenzar a pedir por un papagayo para poder orinar! Que vergüenza!
Por suerte más tarde volvería Matías, mi humillación sería un poco más cálida.
Gloria y Clara (que lindos nombres!) se marchan orgullosas de haber hecho un buen trabajo. Me las imagino cansadas, raras, aburridas. Pobre Clari.
No me acuerdo que cené. Pero sabía que no quería llenar mis intestinos, mi nueva misión era aguantar hasta que pudiera valerme para sentarme en el inodoro.
No hubo pelis ni largas charlas.
Hasta Mati que tiene grandes problemas para dormir lo logró a la primera.
Esa noche alrededor de las tres, se presentaría el nuevo compañero de cuarto.

DAVID

Así se llama el paciente que se acostaba al lado mío.
No lo vi hasta la tarde del sábado, tenía más visitas que el Vaticano. Ni lo escuchaba a él.
Me desperté con hambre, el yogur de la noche lo tenía desintegrado. Me toco café, zumo y para masticar, pan con mermelada y queso.
La tarde anterior había venido Jordi, un compañero del trabajo, según Matías, el más honrado y humilde de la empresa. Esta un poco grillado, pero conmigo tiene un comportamiento intachable. Sabe que nos necesitamos mutuamente, por tanto, no me mete tantos palos en las ruedas como a los demás colegas.
Al mediodía se realizo el relevo, volvieron Clari, mejor dormida y su escolta fiel.
Con el correr de los minutos ya nos íbamos enterando de que el vecino venia de la UCI, que había estado en coma dos semanas, que tenía una pierna rota y otro daño a la altura de los brazos. Accidente de coche.
Tuve un día bastante molesto. Me ducharon en la cama dos enfermeras. Trataron con agresividad mis partes. Solo contaba los minutos para que llegará la noche y con ella, el futbol precioso de la banda del Pep.
Fueron a un cajero y me cargaron minutos en el televisor de la habitación, se hicieron las diez y los de la tele los boludos! Iban a pasar el Madrid que había jugado dos horas antes en el horario donde el Barça estaba jugando en vivo y en riguroso directo! Y yo sin mi ordenador! Que sal! Para colmo de males, una simpática enfermera al entretiempo del partido en diferido, del cual yo desconocía resultado, sentenció el resultado del mismo. Una almohada por favor y mañana será otro día.

Domingo.

Estoy recordando que mientras me pegaba una buena siesta mañanera el sábado, vino el médico que reemplazaba al escultor de mi espalda, y me hizo mover el piecito, me explico cuando volvería a verme y cuando calculaba que me iba a dar el alta.
Me encontraba mejor. La comida estaba rica, Canelones y cerdo a la plancha o algo así.
Mientras hincaba los dientes reapareció Gloria para darle un poco de ánimos a su hija, salieron a comer, leyeron, hicieron sopas de letras, vieron la tele, etc.
Hablando de esa asquerosa cosa… no pudieron conmigo! No tome un solo día sopa! Se las ingeniaron para hacerme puré con el caldo o hervir el pollo allí, pero yo, con cuchara, no la tragué!
A este día lo podemos denominar el día de las visitas.
Vinieron un montón. Apareció Tony con Jordi y Yanina. Soleados de playa. Con regalitos canallas. Vino mi mentora, Montse. Se dio el lujo de darme la cena! A todo esto desapareció el turno sofocado de la mañana. Se pasó un rato Irace, que aunque no le haya podido dar mucha bola hizo buenas migas con mi tío. El cuidador de esa noche.
Que noche!
No miento si les cuento que me asusté, pensé que nos echaban a patadas. Y nivel sonoro de los ronquidos del tío llego a cotas muy altas. No sé cuantos decibelios, pero muchos. Encima tenía los auriculares puestos, parecía una burla, oigan lo que les doy, yo no.
Es normal que con semejante panorama David se levantará en mitad de la noche con una fuerza desmedida e intentará huir. Para suerte de todos, dormía atado.

sábado, 7 de abril de 2012

Op. Op. (segunda parte)



Capítulo nebuloso.

Dentro de la bóveda hay media docena de blocs. Te estacionan, nunca mejor dicho, te aparcan y a la vez te cambian de clima. Una frazada que tira aire caliente y un montón de relojitos te rodean.
Empiezan a presentarse los especialistas.
Primero/a: la ingeniera civil, se dedica abrir vías por tus muñecas.
Segundo: un anestesista híper-mega tatuado.
Tercero: El Sr. Neuro (preguntando otra vez que pierna era. Sin querer equivocarme le digo que la izquierda. Menos mal que no soy disléxico)
Cuarto: Mrs. Pain que se pensaba que yo tenia poderes. Me dijo si la recordaba. Y yo le dije que así, era imposible. Solo se le veían los ojos. Me explicó que ella era la que me había atendido en la clínica del dolor. A bueno.
Quinto: ZZZzzzzZZZZ no sé en que momento fue, pero fue a traición. Ya no era yo. O realmente era yo? Nunca me queda claro quien es el que manda entre los conscientes y sus antagónicos.

July en Sky with Diamonds

Si esto fuera un libro tendríamos que recomendar a esta altura que vayan comprando el de otros autores para completar la historia.
Si los otros autores tendrían Blogs, ahora los podría “linkear” hacia ellos, para que cuenten lo que yo no podré. La parte del papelón.
Retoma mi lucidez cuando me encuentro pidiendo morfina en un sitio raro con la inmensa sensación de que me habían ejecutado por la espalda con un cañón.
Sister Morphine intenta calmar mi padecer. Nursery Morphine al fin, lo hace. Floto. No siento ni soy. Todo es ciencia ficción.
Cuando me “re-establecen”, se acerca una enfermera me mete una plancha de madera por la espalda y con el cuidado de una madre con la yema del huevo frito para su hijo, me coloca en otra cama con la que me hará otro tour.
Ahí es justo cuando me reencuentro con mis guardianes. A una la veo casi emocionada, al otro silenciándome, advirtiéndome que teníamos que hablar, que no haga más papelones.
Vuelta al cuarto. Me explican mi derrame vocal. Me río. Les cuento algo de lo que recuerdo. Me duermo, él se va, ella se queda.
Cuando despierto veo a madre e hija acompañándose.
Siento mucha presión en el pecho. Se lo comunico a la enfermera de turno que pasa de mí como de un perro de la calle.
Intento calmarme, cierro los ojos y zas!! Me viene una arcada descomunal! De no ser por los reflejos de Clarita aun nos estarían duchando para sacarnos el vomito. La anestesia quedo cercada en una milagrosa bolsa de nylon.
Me siento mejor.

viernes, 6 de abril de 2012

Operación: Operación


Preámbulo.

Llegamos, en coche. De "estranguis", era la vaga.
Hacia un día irrepetible como tantos otros.
La admisión fue fácil. La mía y la de la administrativa que nos dio de alta.
Como si de un hotel se tratara, te explican el confort y los horarios, pero no te dan llave ni tarjeta. Te cuelgan una pulserita “all inclusive”. Barra libre de analgésicos.
El primer pinchazo de la semana es para un banco de sangre, nadie me había avisado o sea que si alguien fue receptor de mi fluido, también ha sido benefactor de los residuos de una exquisita marihuana que la noche anterior se coló en el concierto que AC/DC simulaba estar en River, pero estaban en casa.
Salimos a tomar aire, más bien, envión.
El parque lucia raro, triste, patio de desocupados.
Los llamados finalizaron minutos antes de que aceptara mi nueva vestimenta.
La cena esta servida. Clara se sube a la cama y yo a un sueño que durará más o menos 3 días.

Capitulo 1.

No son las ocho. Matías se asoma sonriente por la puerta, creo que ya estoy duchado con un avinagrado desinfectante. El vecino de habitación duerme placidamente, hoy es el último de sus 45 días de cautiverio. Sus marcas muestran la batalla librada. Lo reclutaron 5 veces para el quirófano, siempre en primera línea.
Camaleonicamente mi bata ahora sube de tono. Indica: ahí va.
Aparcan otra cama junto a la caliente. Su conductor, un rockero "old fashioned", tiene muy buena onda además de un curioso olor a quintillo.
Brevemente conversamos sobre ese estilo de música que tanto nos gusta, me pregunta si conozco Rata Blanca, le retruco que hace un tiempo los vi junto a Barón Rojo en un pueblo perdido de Albacete, levanta la mano con forma de “cuernitos”. Hemos conectado. Me subo mientras escucho que le da instrucciones de uso, del hospital a lo que queda de Clara y un atento Irace. Comienza el viaje. Voy del revés, con la cabeza delante, mirando las greñas del rocker, por mis “wines” no hacen mas que pasar imágenes veloces, voraces, coloridas, silenciosas.
Frena. Beso su boca, me besan la frente. No puedo sacar las manos de debajo de la manta. Al final de la habitación hay como un buzón, como la boca de un horno de pan.
La cama clava sus ruedas en la guía. Mi cuerpo pasa a otra atmosfera. El pelilargo se queda de un lado de la cristalera que no es el mío. Asoma la cabeza y grita: Rata Blanca!!!