lunes, 24 de junio de 2013

Vida injusta

Cuántas veces escucharemos esa frase tan poco acertada. La vida, es la que es, y punto, todos tenemos lo que merecemos y deberíamos estar contentos ya que muchos otros seres de este planeta no tienen esa suerte y parecen estar olvidados. Soy yo quien afirma esto que estoy escribiendo y también soy yo a quien de vez en cuando se le escapa esta maldita frasecita.
 Te preguntarás a causa de qué:
De vez en cuando recuerdo, o mejor dicho, mal recuerdo. Debería dejar el pasado atrás pero es algo que se me hace imposible porque he llegado a la conclusión que después de 6 años, si no he olvidado todo lo que pasé será porque se ha convertido en un trauma. En esta etapa se junta lo que pasé en la adolescencia y lo que pasé en “familia”. Es curioso, en las dos etapas he sentido y he visto como me han abandonado (o alejado de mí), creo que realmente necesitaba llamar la atención, pero de verdad, no como se dice de un niño pequeño. Creo que se alejaron de mi porque no comprendieron nada, y porque me veían tan extraña que era mejor dejarme sola, pocas veces he pedido ayuda, pero recuerdo en aquella época pedir ayuda a gritos, pero no pasó nada.


Es difícil sentirse la única mujer de tu pareja cuando hay fotos de la anterior mujer en la casa en dónde vive él, poemas que le escribía y tristes historietas que a ellos les parecían alegres. No creo que me merezca eso,  tampoco creo que le tenga que dar tanta importancia... ¿o si?
 Querida pareja, tu me dijiste una vez que quizás el amor que no me das es porque te lo robaron una vez y decidiste no volverlo a dar, por orgullo y por el dolor que causaron esas heridas. Querida pareja, te digo: que egoísta es el ser humano, yo, pobre de mí, que con 18 años me entregué a ti, tenía y aún tengo todo el amor para darte y muchas veces siento que me robas y aún y así sigo dándotelo, me parece cruel.