viernes, 26 de septiembre de 2014

Chau

Te iba a escribir una carta de despedida. Pero preferí dejar que pase la misma, para que con más dolor, poder expresarme, parece un tanto "dark", pero en realidad es lo contrario, es feliz, me hizo vivir eternamente feliz los momentos hasta que me quebré en la estación del tren. Hasta ahí aguantó la hombría.
Y ahora se lo que se siente.
Vos te volves con una sonrisa preciosa y resplandeciente, como la de tu llegada, porque sabes que en un par de días estas alla, con los tuyos, en la ciudad donde naciste y probablemente mueras (segun Denis, de un tiro o navajazo, yo, no creo que sea para tanto).
Y asi es como me siento yo cuando vuelvo para aca, es feo decirlo, pero es asi, y por ejemplo, la que toma mi lugar en esta imagen sería mi madre, que me ve partir (otra vez) despues de darmelo todo.
Y asi tambien me quiero sentir, bah, me siento, sabiendo que intenté dartelo todo.
Mis gracias, por supuesto y para siempre, son totales.
Me llevo mil luces de estos dias. Son insuperables, caminé calles desconocidas, me volví a cruzar con otras que hacia tiempo no pisaba, bailamos, reimos, comimos, gozamos, y hablamos mucho ( no es esto la vida?), pero sobre todo, me encontré una vez más con mi hermano, parece joda, quizas los demas, o vos mismo no lo sientas asi, pero nuestras semillas germinando juntas se nutrieron tan fuerte que hoy, es un hecho inquebrantable.
Todo aquello que vivimos, nos deja seguir viviendo.  Nos avala. Nos enriquece.
Estoy en el autobús, vos hace 5 minutos entraste en el tren de alta velocidad, anoche me cagaste a goles ( hay que decirlo todo), pero el mejor fue el mio (dejáme che!), ahora tengo las ojeras que juegan con la sal de tu despedida, y agarré este medio de transporte para esto, para drenar, depurar, para desatar el nudo de mi garganta.
Me queda la espina de habernos visto bajo esa lluvia berlinesa, caminando, silenciosos y enojados, y lo escribo porque, como ya te dije antes, leí que si escribis de los amores fayutos es mas facil olvidarlos, eso es lo que quiero.
Mar, musica, mates, cine, sol, un par de cosas que nos rodearon.
Fotos, la guitarra, agua, vinilos, vinos, manjares, cosas que nos tocaron.
Las cosas tienen movimiento, y las almas tambien, hoy la mia baila, feliz, de la mano de un pibito rubio precioso, y de un tipo maduro y genial, los dos en una gran persona.
Te quiero mucho, espero nos veamos pronto, donde sea, tus recuerdos ya me invaden, seguimos todo esto en la vereda, chau amigo, hasta pronto hermano.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Mi vecino

Amigo viajero del sueño.
Amigo imagen de infancia.
Amigo persecutor de futuros,
tímido sobre rieles,
simple y sonriente,
congelado en bondad.
Viejo carismático,
lindo eterno,
compañero de meriendas,
tandem de letras,
co autor de amorosas cartas,
sucias canciones de despertares juveniles,
juguetón con mis recuerdos,
Música.
Sos música en mi cabeza.
Una inmensa biblioteca que amuebla mi cabeza.
Un agradecimiento veraz a nuestra conexión.
El idolo, el mejor, el hermano mayor.
Son solo palabras. No, no lo son.
Son realidades dibujas con armonia.
Todo lo vivido es abono. Mis pies, absorventes sin mira, no han parado desde aquella época.
El nutriente recorre los flecos de mis venas como colas de barriletes.
Y parece exagerado, pero fue y es, espero, será.
Algo nos puso en el camino, y si bien, nuestros minutos unidos no alcanzan un porcentaje amplio de estas vidas, el zumo es concentrado, y puedo jurar que tan valioso como imperecedero.
Siempre resongue velando por más tardes en compañia, por más cercanía en los horarios, por menos agua en el oceano. Pero de alguna manera no pasó.
Hubo un inmenso año de diferencia cuando los grados eran importantes.
Los zumbidos de las raquetas que no presencié.
y unos años en los que la alquimia de crecer hizo que buscaramos cobijo en otras personas que no conociamos para forjar nuevas uniones, que brindaran experiencias por descubrir.
Pero mira, las vueltas y la vida, mira, y te digo mira y no mirá. Mira como son las cosas, como son las químicas, pero sobre todo, como son las raíces de largas.
Me siento feliz de que en años hayamos podido sortear las eses del zigzagueante camino, para dar a parar en un río, manso, donde tu cara cobra fuerza, donde las charlas sigan dandole acuarela a la memoria, esa que hoy, como tantas veces me recuerda que es el cumpleaños de alguien que quiero.
Lo bueno de esta vez es que la carta te va a llegar, otras veces le escribía a un frío blog con la ilusión del reencuentro.
Te abrazo en este puerto, donde las cosas van y vienen, pero lo importante queda.
Por muchos más Pachi querido.